Santo Ángel de Cristo, benefactor mío y Salvador, soy tus pensamientos, a través de ti y acerca del Señor Dios.
Recuerdo mis pecados con sinceridad, perdóname, Dios, porque no los prometí por mala intención, sino por mí mismo.
Si la palabra del Señor es probablemente un pecado contra la fe, entonces es contra el Señor.
Te ruego, ángel radiante, mi alma perdona no es mi culpa, sino mi débil entendimiento.
Es un poco de mí para la salvación de mi alma antes de la salvación de mi Padre celestial.
Te llamo por el mismo nombre y, a través de ti, al Señor Dios por perdón y misericordia, estoy dispuesto a cargar con la culpa de su propio pecado.
Amén
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