Deja que Dios guie nuestra mañana


Señor, me siento feliz en esta mañana por la gracia de iniciar un nuevo día en tu presencia. 

Gracias por este nuevo despertar, gracias por tu presencia en mi vida. 

Gracias por tantas maravillas que haces por amor a mí y por todos. 

Gracias, porque en medio de mi vida sé que puedo contar contigo para todo. 

Bendigo tu nombre porque eres amoroso y fiel, a pesar de mis errores, de mis debilidades, de mi falta de fe y de mis pecados.


Tú eres la alegría de mi vida, me llenas de tu felicidad, esa verdadera felicidad que nace del amar, del perdonar, del ser solidario, del aprender a vivir con otros valorándolos y dejándome amar también. 

Gracias por la vida que me das, por los días de alegría, por cada momento en que me siento completamente feliz.

En ti encuentro la tranquilidad que busco, siento que eres todo lo que necesito para ser feliz, tu fidelidad y amor jamás me abandonan.

Bendice mi vida y cada uno de mis pasos. Gracias, Dueño de la vida, por todos los dones que me has dado. 

Gracias, Señor, por darme siempre la posibilidad de amarte, de acercarme a las personas con el corazón limpio, de darles lo mejor de mí.

Siento la necesidad de hacer más fuerte mi fe, te pido que me des la fuerza, la constancia y la valentía para buscarte, seguirte y amarte siempre. 

Aquí estoy, dispuesto a hacer tu voluntad.

Señor, a menudo magnifico mis defectos y fracasos, esto me hace sentir mal y deprimido conmigo mismo. 

En este viernes por la mañana, ayúdame a darme cuenta por completo de que estoy hecho y creado de manera maravillosa y maravillosa a tu imagen.

Ata cada pensamiento negativo y comentario hablado en mi contra.

Ayúdame a reconstruir y recuperar la confianza en mí mismo, oh Padre.

Ayúdame a amarme a mí mismo mientras, al mismo tiempo, permanezco humilde, Señor, porque dijiste que el honor sustentará un espíritu humilde. En el nombre de Jesús.

 Amén.

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